En el amplio y curioso mundo de los perros, existe un aspecto de su fisiología que, a menudo, pasa desapercibido hasta que surge un problema: las glándulas anales. Estos pequeños órganos, situados en las inmediaciones del ano, juegan un papel crucial en la vida de nuestras mascotas, aunque su existencia y función son grandes desconocidos para muchos propietarios.
En este artículo, develaremos los secretos de estas pequeñas, pero significativas partes del cuerpo de tu perro, explicando su propósito y cómo reconocer signos de posibles infecciones. Así que, si hasta hoy no sabías que tu perro tenía glándulas anales o desconocías su importancia, estás a punto de descubrir un nuevo y fascinante aspecto sobre la salud canina.
Los perros, y también los gatos, tienen un sistema único de comunicación y marcaje de territorio que involucra el uso de las glándulas anales. Estas glándulas producen un fluido espeso y de olor fuerte que se libera junto con las heces durante la defecación. Ubicadas a ambos lados del ano y del tamaño de una canica, estas glándulas cumplen dos funciones principales:
Marcaje de territorio: el comportamiento de depositar heces en lugares específicos no es casualidad. Las mascotas eligen conscientemente estos lugares para dejar caer las heces junto con el fluido de las glándulas anales. Esta acción sirve como un potente mecanismo de marcaje, señalando la presencia y dominio del animal sobre un área determinada.
Sistema de comunicación: más allá del marcaje territorial, el fluido anal facilita una compleja forma de comunicación entre los canes y felinos. Al olfatear la zona anal de otro, los animales intercambian información vital como emociones, disponibilidad para jugar, y otras señales sociales a través de este peculiar "lenguaje de olores".
Sin embargo, a pesar de su importancia en la vida social y territorial de los perros, las glándulas anales son susceptibles a problemas de salud, como la saculitis, que es la inflamación e infección de estos sacos. Observar a un perro arrastrándose por el suelo después de defecar puede ser indicativo de una complicación en estas glándulas, más que una mera acción cómica.
Normalmente, estas glándulas se vacían automáticamente durante la defecación, pero la obstrucción o inflamación de los conductos puede dificultar este proceso, llevando a la mencionada saculitis.
Síntomas de la saculitis anal:
Mantener la salud de las glándulas anales de tu perro es crucial para evitar infecciones, obstrucciones y otros problemas relacionados. Afortunadamente, existen medidas preventivas y prácticas de manejo que puedes adoptar para minimizar el riesgo de complicaciones en tu mascota. Aquí te presentamos algunas recomendaciones clave:
Dietas ricas en fibra: introducir una dieta alta en fibra puede ser muy beneficioso para la salud anal de tu perro, ya que facilita la expulsión natural de los fluidos de las glándulas anales. Es aconsejable buscar asesoramiento nutricional específico para asegurar que tu mascota reciba una alimentación adecuada y equilibrada.
Limpieza regular de la zona anal: después de los paseos, es una buena práctica limpiar la zona anal de tu perro con toallitas higiénicas. Esta simple acción puede prevenir la acumulación de bacterias y posibles infecciones.
Promover el ejercicio físico: el sedentarismo y la obesidad pueden agravar los problemas de las glándulas anales. Por ello, es importante garantizar que tu mascota tenga una rutina de ejercicio adecuada a su edad y condición física.
Vaciamiento manual periódico: especialmente en perros mayores, cuyo sistema puede dejar de vaciar estas glándulas de forma autónoma, el vaciamiento manual por un profesional puede ser necesario. Este procedimiento ayuda a evitar la acumulación de fluidos y la consiguiente inflamación.
Revisiones veterinarias regulares: las visitas periódicas al veterinario son esenciales para mantener un control sobre la salud de las glándulas anales de tu mascota. Un profesional puede realizar una valoración detallada y proceder al vaciado de los sacos si se considera necesario.
Si tu perro presenta alguno de los síntomas de problemas en las glándulas anales, es fundamental acudir a la clínica veterinaria sin demora. Dependiendo de cada caso, el vaciado de los sacos anales puede realizarse de manera natural sin intervención, pero siempre debe ser confirmado por un profesional después de un examen veterinario.
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